lunes, 11 de febrero de 2008

Serios daños por el temporal


Un impresionante temporal se desató ayer a la madrugada sobe el Valle Central y ocasionó serios daños materiales, derivados de la caída de árboles, carteles publicitarios y postes, aunque no se registraron heridos ni víctimas fatales.
El fenómeno se presentó minutos después de las 2, con ráfagas de viento que alcanzaron los 75 kilómetros por hora, y una tormenta eléctrica que se extendió, con breves pausas, hasta el amanecer.
Personal del Servicio Meteorológico Nacional, desde el Aeropuerto "Felipe Varela", precisó que en pocas horas cayeron 42 milímetros de agua (enero, el mes más lluvioso, tiene un promedio anual de 100 milímetros), y en varios puntos de la Capital se percibieron torbellinos de viento de una fuerza inusitada.
Una persona evacuada, la caída de árboles y techos, el corte de la energía eléctrica, teléfonos y TV por cable, fueron los efectos inmediatos del fenómeno, que afectó en un 60 por ciento el servicio eléctrico en Capital, Valle Viejo, Capayán y Ambato.
El suministro de energía eléctrica entró en caos. La red de cables utilizada para distribución domiciliaria padeció decenas de cortes y caídas, y preventivamente se interrumpió el servicio para evitar accidentes. El problema más serio surgió porque cuando disminuyó el efecto del viento y se restableció el servicio, barrios enteros siguieron a oscuras y las cuadrillas de la empresa EDECAT se vieron desbordadas por los reclamos.
Tras un apagón general que se extendió durante seis horas, numerosos sectores, incluyendo un amplio sector del microcentro y barrios del norte y sur capitalino, permanecieron sin luz hasta la tarde, al margen de problemas puntuales registrados en viviendas donde se dañó la conexión particular a la red.
EDECAT informó que para normalizar el servicio, se diseñó un cronograma de trabajo que consistió en reparar primero las líneas de media tensión, de 13.200 y 33.000 kilovatios, para luego avanzar con el resto de los inconvenientes.
En amplios sectores se interrumpió también el suministro de agua potable, situación que se extendió durante casi toda la jornada en aquellas zonas que dependen de estaciones de rebombeo.
Sebastián Heredia, de Defensa Civil, informó a su vez que fueron constantes los pedidos de auxilio recibidos en el organismo por la caída de ramas, árboles y cables, y dos móviles trabajaron desde la madrugada para prestar ayuda. Unas 50 personas fueron asistidas, y los casos más graves que registraron fueron de cuatro viviendas dañadas por voladura de techos, y el derrumbe de un árbol que destruyó parte de una casa (ver página 12).
Hubo también automóviles dañados, y serios problemas de circulación vehicular por la caída de troncos y ramas en calles y avenidas como Acosta Villafañe, México, Presidente Castillo, Ocampo, Güemes, Virgen del Valle, Los Terebintos, Alem y calles laterales.
El predio municipal donde funciona, entre otras reparticiones, la Dirección de Higiene Urbana, perdió un enorme tinglado que salió despedido hacia la Avenida Acosta Villafañe, y quedó colgando de la red de cables de EDECAT, y en la esquina de Esquiú y Avenida Alem, un cartel publicitario se desplomó sobre el techo de un local comercial.
El Predio Ferial tampoco se salvó: la presión del viento reventó los vidrios de una de las puertas del sector sur, por donde entran los artistas para ir al vestuario. El salón 2 B, donde se realizan exposiciones, parte del techo voló y rompió más vidrios. También quedaron destrozados los obrajes de una empresa que trabaja en el sector, se desprendieron cielorrasos y volaron chapas que iban a utilizarse en la instalación central.
Uno de los sectores más afectados, fuera de la Capital, fue Capayán, y en especial Chumbicha, donde cayó granizo durante diez minutos y, a los daños habituales, se sumó un perjuicio muy serio sobre las plantaciones de aceitunas, aunque todavía no se evaluó la dimensión del desastre.
Ana Eller de Ferreyra, responsable del Servicio Meteorológico Urbano, recordó ante lo sucedido que si bien no hubo calores intensos que permitieran vaticinar la tormenta, existía un alerta para toda la región. La especialista indicó también que los cerros del Ambato, que amanecieron blancos, no estaban nevados sino que conservaban el granizo caído. La temperatura cayó de 33,6 a 14 grados centígrados durante el temporal.
Las rutas no sufrieron grandes inconvenientes, aunque se recomendó transitar con precaución hacia la Cuesta de El Portezuelo, por el riesgo de que se produzcan derrumbes.

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